22 oct 2018

En caramelos

Menos, de todo un poco menos. Está buena la intensidad sí, pero basta sólo con ella. No es necesaria la pomposidad del sentimiento. Menos, que el cuento sea como un verso y el frío polar un fin de febrero. Menos hermano menos, que el miedo es veneno que te venden en un todo suelto, menos, tranquilo, que lo mismo mañana no vas a saber qué hacer con eso y de nada sirve el croquis en holograma que picotea entre mascullos al cerebro, menos, menos, que aún no hubo quién devele un solo misterio del universo y todo pasó y sigue y seguirá siendo. Menos, que tu vieja no es tu mochila, que tu mochila sea de besos, que tu perro no es tu hijo, que tu hijo no es un premio, que el premio sean sus grandes muertes tras vivir con gozo y sin costo ¡Me salió gratis! festejó el niño después de pedir al quiosquero, deme todo esto en caramelos. Menos, que la vida es un regalo hermano y es el de todos y son los regalos los que nos cambian, no nosotros a ellos. Menos, menos, que son blanditas las manos pa sostener tanto peso, menos, que el todo se pasa en un rato y no todos los abrazos tienen que ser eternos. Menos, menos, menos alma mía que la pretensión en las palabras no hacen a lo bello, que lo bello sea todavía siempre menos.


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