¿qué sería de nosotras si
fuésemos enemigas?
¿qué de mí, si por nada del
mundo me dejaras ganar esta absurda batalla cuerpo a cuerpo incluso cuando
rendirte y alejarte fuera tu mayor anhelo?
¿cuán
diferente nuestra verdad si fuésemos hermanas?
¿te
seguirías permitiendo ver mi dolor?
sin
embargo yo te regalo mi día, mi siesta y mi masturbación
te
convido cuerpo y alma, no así la razón que insiste en idear un plan para
soltarte
te
recito recuerdos, te canto proyectos, te cosifico mis sueños, aún así te
emperras en verme envejecer, en acompañarme a morir
¿qué
sería de mi piel despegada de tu sombra?
¿qué
del brillo de mis ojos si no te vieran en el reflejo?
¿qué
de esta voz seca cuando te nombre?
¿qué
de estas manos creativas por tu estímulo?
¿qué
de mis pies fríos por abrazarte en noches en que deberías, por nuestro bien, no
estar?
¿qué
de este espíritu incrédulo si se aventurara a perder?
¿qué
de vos, si yo despreciara tanta compañía?
¿estaríamos
más solas?
¡basta
para mí! ¡basta para todos!
te
escucho escondida en los cajones, en el polvo de los zócalos, atrás de las
cortinas
cuento
hasta cien para darme vuelta y no encontrar tu huella
pero
abajo del libro, en las canciones, entre las máscaras, embalsamada, te
redescubro acechante
te
dedico este desvelo
y
entre el humo del último cigarrillo elijo esconderme
¡piedra
libre para mí!
y
salir corriendo...

Villa
Crespo
Ciudad
de Buenos Aires