13 nov 2018

Todas putas


Acá somos todas putas
Yo me siento en otro escalón lleno de meo y pollos y colillas de cigarro y mucho olor a cerveza pegada seca añeja y acostumbrada, y abro la ventana a la fresca verdad paralela donde somos nosotras la jauría al acecho del lobezno tonto que va y viene como si no fuera, exóticas como el pedazo de sol en la pared roja muerta, aburridas entre la mediocre propuesta del macho alfa, como adoquín firme estamos, como entre amigas compañeras rescates, riendo fumamos, fumando combatimos, combatiendo escupimos cáscaras de girasol porque este pedazo de calle es nuestra y yo que soy la nueva fumo como bienvenida de la pipa de agua caliente y me hago visible entre tanto por la ausencia de glamour y cicatrices en la máscara. Cerca, un lobezno encorvado huele la carne de conejillo, sus uñas gotean baba con nicotina y su aliento es de hielo, también va y viene como si no fuera
- Hola, dice y simula
- Hola
- ¿Trabajas acá?
- No, no qué va, no no, digo y repito
- Perdona
- No no no, sigo diciendo y me avergüenzo de negar que me siento protegida, y fiera - bueno tampoco tanto así el no, sólo no, me retractó
- ¿Si o no?
- No

- Perdona

- Deu

Junto mis petates dispersos y antes de pararme y llevar de paseo pegado en las nalgas al polvo acuoso del escalón, entorno la ventana. Atrás queda la manada. La más flaca es la más vieja, atenta de mí sobre tacones luminosos se ríe salpicando humo y semillas.

Acá somos todas putas









El Raval
Barcelona

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